Pese a que el título se le asigna a algunos aparatos totalmente respetables de los 60, los 70 o los 80, generalmente con toros o caballos en sus escudos, en los años 30 del siglo XX se realizó el que está considerado por muchos expertos, como el primer espécimen lo que hoy conocemos como “superdeportivo”. Un coche que tanto técnica como estéticamente no tenía rival.
En 1936 Jean Bugatti se encontraba ya al frente de la empresa familiar y lanzó el Bugatti Type 57 SC como versión más deportiva de la serie 57 que sería la de mayor éxito de la casa, superando contra todo pronóstico las 800 unidades entre todas las variantes.
Jean era un brillante diseñador como le correspondía por herencia familiar, tenía grandes referentes artísticos en la familia.
Aplicó con maestria ese don a la creación de increibles automóviles, apoyados siempre por los conocimiento de ingeniería de su padre Ettore.
Así, con menos de 30 años creó una de las figuras más representativas del automovilismo Art Deco (con permiso del Avions Voisin C28). Un automovil de ensueño al que bautizó como Aero Coupe, aunque enseguida lo cambió por Atlantic, en honor a su amigo Jean Mermoz, pionero de la aviación y el primero en cruzar por aire al atlántico sur, fallecido en 1936.
En la primera unidad del 57SC, como había sido en el prototipo previo Aerolithe, la carrocería era de Elektron.
Este material tiene una base de magnesio, que es muy inflamable, por lo que no se puede soldar. Por ello se realizaron unas costuras para remachar las diferentes piezas y que cruzan el coche a lo largo de la carroceria y de las aletas que le aportan un toque muy atractivo y llamativo al coche, de hecho Jean lo mantuvo en las siguientes tres unidades pese a que, al ser ya de aluminio, no era necesario
Bajo esa fascinante librea el Atlantic esconde una caja de cambios manual de cuatro velocidades, y otra obra de arte como es el motor habitual de la serie 57.
Se trata de un motor de ocho cilindros en línea con 3.257cc que con la ayuda de un compresor desarrollaba la nada despreciable potencia de 210CV.
Si en 1937 encontrabas el sitio adecuado y tenías los huevos suficientes, era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 210 km/h.
De los cuatro coches fabricados se conservan actualmente solo tres en perfecto estado, uno de ellos propiedad del diseñador Ralph Lauren y siempre triunfan donde aparecen.
Pero falta uno...
El cuarto, el ejemplar de color negro con número de chasis 57453, se utilizó en salones, catálogos y promociones, pasando a ser después el coche personal de Jean Bugatti, apodado 'La Voiture Noire'
Se sabe que en algún momento los reconocidos pilotos Robert Benoist y Williams Grover-Williams lo utilizaron en algunas pruebas deportivas antes ser devuelto definitivamente a la fábrica en 1939.
Al 57453 se le perdió la pista ese mismo año. El coche nunca estuvo registrado a nombre de ningún propietario, y eso no ayuda a seguirle el rastro.
No está del todo claro y hay muchas leyendas en torno al coche, pero parece ser que Jean Bugatti mandó trasladarlo a una región más segura de Francia cuando el ejército alemán tomó Alsacia, para tratar de garantizar su preservación
Pero nada se supo más sobre el paradero concreto del Type 57 SC Atlantic.
Mucho se ha especulado sobre ello.
Que si pudo haber salido de Francia en barco antes de la invasión alemana. Que si dicho barco se hundió sin dejar rastro del coche. Que quizá fue destruido o despiezado por sus guardianes para evitar que cayera en manos enemigas.
O, como no, la más romántica: Que podría seguir escondido en algún granero o cueva desconocido esperando un afortunado descubridor. De hecho, todavía hoy, muchos coleccionistas siguen buscándolo por Europa.
Desafortunadamente para nosotros, y para la empresa y la familia Bugatti, poco después de las 24 Horas de Le Mans en 1939, nos quedamos sin poder preguntarle a su creador.
A Jean Bugatti le encataba hacer de piloto de pruebas y un día de agosto salió de la fábrica con el Type 57C Tank ganador de la carrera para realizar una prueba en la carretera Molsheim-Estrasburgo.
En el transcurso de la misma, cuando iba a toda velocidad un ciclista se incorporó sin mirar saliendo a través de un seto y Jean, al tratar de esquivarlo perdió el control del coche y se estrelló, falleciendo así a los 30 años de edad
De todos modos, si alguno de vosotros, revisando el viejo granero de la familia distinguis bajo el abandono de 90 años una figura similar a la del Atlantic, avisadme, porque se estima que, de aparecer en cualquier estado, podría subir de los cien millones en una subasta y yo tengo un par de huecos que tapar.
La verdad es que ya tenía ganas de hacer honores a una de las resinas que realiza con mucho cariño mi amigo Dani ( Priamo Rex por esos mundos) casi siempre de coche preguerra fascinantes como es el caso
Las piezas de resina que me envió tenía muy buena pinta, especialmente la carrocería, pero había que pensar en que versión hacer
Estudié el modelo, sus versiones y las piezas disponibles por los cajones, con lo que finalmente decidí hacer "la voiture noire" pero tomándome la licencia de prescindir de las tapas de las ruedas trasera porque no me gustan nada y además cuando este tipo de coche se utilizaban se prescindía de ellos porque eran poco prácticos
Para las llantas elegí las preciosas llantas de BRM que sustraje de otro proyecto, porque le quedan genial, pese a que Dani suministra unos tapacubos smilares a los del real más que dignos
Ahora toca ajustar todo para que todo encaje y no roce, recordemos que la intención es que sea un coche de Scalextric...
En la parte trasera he añadido una toma del depósito para que vaya en el color de la carrocería y le he hecho la llamativa y específica sextuple salida de escape a base de unir dos de Mercedes C111 de Altaya que tenía guardadas
Finalmente descarté el chasis de resina porque no me gustan y me hice un nuevo chasis a partir de un Fly con motor delantero, al que le adapté una guía basculante casera que le hice con placa base y que funciona bastante bien.
El habitáculo gana mucho con los colores adecuados y el señor Bugatti está muy elegante con su traje gris y su corbata
Para los cromados he recurrido al viejo método de la cinta de aluminio, da trabajo, pero el resultado es mucho más reluciente que con las pinturas que he probado
La presencia del coche es fascinante, para las rejillas del motor he aprovechado un trozo de malla metálica que tenia guardado
A falta de las calcas para la matrícula y el logo de la marca el coche se queda así, me encanta
Precioso. Enhorabuena otra vez.
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