Aquile Varzi ha ganado la Targa Florio de 1931 con su Bugatti, clamaba la prensa italiana la mañana del 11 de mayo de 1931.
Aquile Varzi, el ganador del año anterior, a quien la fábrica Bugatti dejó colgado y corrió con su propio coche particular contra la poderosa armada Alfa Romeo y los elementos…
Pero no, no lo hizo
Las precarias condiciones climáticas de la zona aquel día, con tormentas rayos y centellas había cortado las comunicaciones de aquella parte de Italia y el pobre Varzi había quedado tercero.
Cuatro elementos los habían relegado, el clima, la tecnología de vanguardia, Vittorio Jano y Tazio Nuvolari. Era dificil luchar con lo puesto contra una preparada y bien dirigida Alfa Romeo
Una gran borrasca había asolado Sicilia en las semanas anteriores a la carrera más dura conocida en Europa, arrasando la isla y llevándose con ella buena parte del circuito mediano de la Madonie que se preveía utilizar. Vicenzo Florio era un hombre decidido y de recursos, con la ayuda de las autoridades locales evitó las zonas más afectadas y repescó para esta ocasión el Circuito grande , que no se usaba desde 1911… porque era mucho más largo y duro!!
A la salida se presentaron 14 coches, el mencionado Bugatti de 8 cilindros de Varzi, un par de Maserati, algunos coches particulares y 5 Alfa Romeo, dos de ellos del nuevo modelo de la casa un 8 cilindros en línea de 2.3 litros y compresor llamado simplemente 8C, el resto eran los fiables y eficaces 6C.
Luigi Arcangeli y Tazio Nuvolari pilotarían lo nuevos 8C, que no eran más que un simple chasis con el capó, dos baquets, un depósito y dos ruedas de recambio… no se podía con menos. Vittorio Jano y Enzo Ferrari habían planificado la carrera a conciencia y disponían de un novedosísimo sistema de radio bidireccional entre puntos de repostaje que sería vital.
Bien asesorado por los más veteranos de la zona, Jano decidió a última hora montar guardabarros a los coches en previsión de una lluvia que no aparentaba que fuera a aparecer en un precioso y despejado día. Arcangeli se negó a cargar el coche con ese peso innecesario y Varzi tampoco los montó en su Bugatti.
Fue un acierto porque se puso en cabeza y sacó una buena ventaja a sus rivales en la primera vuelta, vueltas de “apenas” 150km. No era consciente de la que se le venía encima. En la targa los coches salían espaciados de 5 en 5 minutos por orden de dorsal y el #2 de de Varzi permitía a Nuvolari (#14) tenerlo controlado, y más con la ayuda del paso por los repostajes y la radio.
Como había previsto los gurús de Jano, empezó a llover en la segunda vuelta… en la tercera Varzi seguía líder… pero aquello estaba empeorando, lluvia, niebla. Varzi continuaba con su salvaje cabalgada aumentando su ventaja vuelta tras vuelta, tras él Nuvolari, Borzacchini y Campari.
Varzi, al salir primero y carecer de referencias de sus rivales solo podía ir al máximo, pero eso no siempre es suficiente. Empezaba a perder tiempo, mucho tiempo. El barro que lanzaban sus neumáticos cubría su coche, su cuerpo y sus gafas. Los dorsales habían desaparecido, solo una masa de barro se movía a toda velocidad, consciente de que Nuvolari estaba reduciendo la distancia gracias a su talento, su nuevo Alfa y los guardabarros… los dichosos guardabarros, el viejo zorro de Jano se las sabe todas!!
Aquile Varzi cruzó la meta en Cerdá antes que nadie entre una gran ovación, había salido 25 minutos antes que Nuvolari, había batido por dos veces el record de vuelta, pero no fue suficiente, poco más de un cuarto de hora más tarde un señor de Mánova, de profesión leyenda, cruzó la meta para ganar por primera vez la Targa Florio, la carrera más dura de Europa, en medio de una tremenda ovación. El estilo exuberante y visceral de Tazio tenía al público prendado frente el pragmático y extremadamente eficaz del -aparentemente-arrogante y distante Aquile Varzi.
Tazio Nuvolari había ganado la Targa Florio y nadie más allá de la isla lo supo hasta varios días después a causa del tiempo de mil demonios que también le había ayudado a lograrla
El nuevo modelo de Alfa Romeo, que tantas alegrías daría a la casa durante los años siguientes, había ganado su primera carrera y claro, yo tenía que tener uno de esos, este mejor que ninguno, claro.
Hace tiempo que me rondaba esta idea. Hacer un coche tan sumamente raro y carente de cosas, un auténtico engendro.
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